jueves, 8 de marzo de 2007

DÉJANOS CAER EN LA TENTACIÓN

¿Habrá algo más divertido que el pecar o lo que engorda?
Siempre he dicho que las niñas buenas van al cielo, pero las malas van a todas partes. Y yo quiero ir a todas partes.
No os equivoquéis. No fue una manzana que fue un pepino.
El viernes, en la frutería, estaba escogiendo cuidadosamente un hermoso pepino.
.- Quizás no tan grande, no seas ansiosa, pesé.
Tomé otro más pequeño y lo sopesé. Era brillante y perfectamente modelado.
.- ¿Te gusta? le pregunté a otra chica que elegía unas manzanas.
.- Me parece precioso, pero a mí me gustan un poco más grandes.
Llevaba en las manos dos manzanas rojas, brillantes y deliciosamente frescas, que invitaban a acariciarlas, a darles pequeños mordisquitos y esperar que el jugo cayese por la comisura de los labios hasta gotear por el pecho.
.- Esa boca está hecha para pecar, pensé.
Me centré en mi trabajo y continué con la elección. Sabía que era muy importante y no quería cometer ningún error.
.- Tiene que estar fresco y terso y con este tamaño yo me apaño muy bien.
.- Pues yo insisto que me gustan un poco más grandes. El tamaño sí que importa, dijo estallando en una carcajada.
Lo coloqué cuidadosamente en la cesta evitando que se golpeara.
.- Los pepinos golpeados se ablandan y pierden tersura y en estos momentos lo necesito bien duro y bien fresco.
.- A mi también me gustan así.
.- Es que este fin de semana voy a estar sola y mi chico no puede comerlos. Se pasa todo el día repitiéndole, así que aprovecho cuando el no está para llenarme la ensalada de pepino y comerme uno enterito.
.- Adios.
.- Hasta luego.

2 comentarios:

M. dijo...

jejejeje...muy bueno :)

Anónimo dijo...

que guapa eres