Corren malos tiempos para la libertad.
De un tiempo a esta parte, se han propuesto tocarnos los huevos diciéndonos qué tenemos que pensar, qué leer, qué ver, qué escuchar, qué hablar, menos qué tocar, que son ellos los que nos los tocan.
Las instituciones políticas, económicas, sociales y religiosas, que se creen el ombligo del mundo, se permiten el lujo de coartarnos la libertad para hacerse con nuestras vidas y haciendas, con un descaro que supera en la indecencia y con una necedad propia de su ínfima talla personal.
Goebbels consiguió verdades a base de repetir mentiras hasta la saciedad. Se ve que todos estos han aprendido bien la lección y nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.
¿Es tan importante que De Juana esté en un hospital de Euskadi? ¿Es tan importante que a Otegui no lo acusen de todos los males del mundo? ¿Existe algo fuera de Euskadi?
A mi no me importa nada de eso y mucho menos la manipulación que se hace de todas esas cosas.
¿Habeis visto los trozos de España? Yo no he encontrado ninguno.
¿A alguno de vosotros os han dado vuestra parte? Me refiero a lo que nos toca de la venta de Navarra. Espero que mi parte no se la gasten en turrón.
Si algo es imprescindible para el mantenimiento de un estado democrático, es la libertad de expresión. La diversidad de opiniones expresadas en libertad, hacen que quien tiene que tomar decisiones las tome pensando en el bien común y no en el propio. La espada de Damocles de la opinión pende sobre la cabeza de los políticos, y saben que caerá sobre ellos si mienten o actúan contra el pueblo. Sin una prensa libre, los políticos camparán a sus anchas. No se puede permitir ninguna presión sobre ningún medio de comunicación. Ni de una tendencia ni de otra. Los medios de comunicación son los voceros del pueblo.
Y ahora lo que de verdad importa.
¿Cuantos médicos van a incorporarse a la sanidad pública?
¿Cuantas escuelas van a crearse?
¿Cuanto presupuesto van a tener las autopistas?
¿Cuanto para la red viaria?
¿Cuantos puestos de trabajo serán estables y decentemente pagados?
¿Cuanto aumentarán las pensiones?
¿Cual será la ayuda para las familias?
Y así suma y sigue.
¡No nos toqueis más los huevos!
